martes, 3 de agosto de 2010

Desdramatizar la vida


La vida es como un gran camino, que recorremos entre nuestro nacimiento y nuestra muerte.
Este camino lo vamos creando en cada paso, en cada acción, en cada percepción de lo que nos ocurre etc.
Somos los actores, pero también los directores, de esta gran obra, que llamamos vida.
Podemos verla como una gran comedia, como una obra liviana, un vodevil lleno de enredos con final feliz. En la mayoría de los casos, nuestra vida, es sentida y experimentada como un gran drama.
Vivir nos cuesta esfuerzo, dolor, y interiormente la sentimos como con falta de sentido.
Dice la física cuántica, que en el mundo microscopio, el observador cambia la realidad. Si unimos este aforismo, con lo que decía la tradición hermética "como es arriba es abajo", podemos intuir que como artífices de nuestra obra, podemos cambiar, hacer un giro radical, para que nuestro interior cambie, pero aún mas, se crea la magia y nuestro alrededor se siente profundamente modificado.
Desdramatizar, es entrar en la levedad, y esta no es lo mismo que la superficialidad.
Entrar en la mirada inocente de la sorpresa continua, que no es lo mismo que entrar en un mundo de fantasía sin raíces.
Es no decir que algo es así, sino conectar con las posibilidades infinitas del momento presente.
Quizas pensemos, como no puedo dramatizar la vida, si me he quedado sin trabajo, tengo una enfermedad terminal, o en la vida estoy solo y nadie me quiere.
Pero quedarme sin trabajo, da la posibilidad de poder hacer aquello que siempre he tenido la ilusión de hacer.
Tener una enfermedad, no es ser un enfermo. El cuerpo puede manifestar malestar, pero es mi mente, la que juzga y retiene la sensación negativa sobre la misma.
Estar solo, es la oportunidad de conocerme, si me conozco me vuelvo atractivo, y si es así no tardaré en compartir mi soledad.
Piensa que una simple sonrisa, es el primer paso para liberar, lo interno y lo externo.
Inclusive esta espiritualidad vivida desde lo trascendente sin estar en trascendencia, desde lo serio, desde que eso es lo importante, no hace mas que matar la espiritualidad.
Sin humor no hay espiritualidad verdadera.

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