Hago esta entrada después de leer una entrada en la pagina web de la editorial de "la Liebre de Marzo" sobre los mandamientos de Gurdjieff (http://www.liebremarzo.com/blog/mandamientos-de-gurdjieff ). Cuando los vees te das cuenta de lo que debería ser un hombre verdadero (aquí hombre entra como genérico de humano), pero muchas veces caemos en la trampa de ver unos preceptos, como normas de conducta, para vivir una vida plena, cuando la mayoría de las veces no es mas que otra mascara encubriendo nuestras fragilidades.
Si el mundo estuviera lleno de gente con estos ideales, el mundo no hubiera llegado a esta crisis, quizás hubiera otra, muy probable de otro nivel.
Mi reflexión es que lo que aquí leemos deberían ser los frutos que surgen de la espontaneidad y naturalidad de nuestro interior, de nuestro camino evolutivo, lleno de errores, fracasos, decepciones, y como no, saltos en nuestro desarrollo. Si así fuera no sería necesario que nadie nos dijera como vivir, si no que todo surgiría del no esfuerzo, del wu wei.
No caigamos en la trampa de los dogmas, y si de los indicadores del camino. No es necesario decir no mientas, tendríamos que sentir que no necesitamos mentir, ya que de desde nuestra boca surge la veracidad, y así uno a uno en todos los preceptos.
No es una critica a Gurdjieff, todo lo contrario, es una crítica a mi mismo, que cuando lo he leído, he pensado yo quiero ser así, y al mismo tiempo darme cuenta que no puedo esconder quien soy debajo del maquillaje perfecto.
Un abrazo a todos-as
Si el mundo estuviera lleno de gente con estos ideales, el mundo no hubiera llegado a esta crisis, quizás hubiera otra, muy probable de otro nivel.
Mi reflexión es que lo que aquí leemos deberían ser los frutos que surgen de la espontaneidad y naturalidad de nuestro interior, de nuestro camino evolutivo, lleno de errores, fracasos, decepciones, y como no, saltos en nuestro desarrollo. Si así fuera no sería necesario que nadie nos dijera como vivir, si no que todo surgiría del no esfuerzo, del wu wei.
No caigamos en la trampa de los dogmas, y si de los indicadores del camino. No es necesario decir no mientas, tendríamos que sentir que no necesitamos mentir, ya que de desde nuestra boca surge la veracidad, y así uno a uno en todos los preceptos.
No es una critica a Gurdjieff, todo lo contrario, es una crítica a mi mismo, que cuando lo he leído, he pensado yo quiero ser así, y al mismo tiempo darme cuenta que no puedo esconder quien soy debajo del maquillaje perfecto.
Un abrazo a todos-as