martes, 24 de junio de 2008

El arte de barrer XIII


¿ Por donde cogeremos la escoba? Hay quién se apoya en ella, carga todo su peso y.... la llega a quebrar. ¡Que poco respeto!.
Si eres de los altivos. agarrala de muy abajo. Es la postura que mas te conviene, ¿no?.

Hay manos barrenderas de una extraordinaria ternura. El asir el mango es una acto reverencial. Mueven la escoba como si fuera un incensiario. Al llegar al límite, la levantan en el aire como la cola del gallo, y luego la bajan con una elegancia incomparable. Las fibras del instrumento se doblegan elegantemente sobre el suelo, se apoderan de la porqueria con suavidad, la rodean suavemente y de repente ¡zas! la embarcan en el aire hasta el próximo paso. ¿Has visto cómo se va acumulando poco a poco el polvo, como una ola parda que va ondulando de un lado para otro?

El barrendero a veces se exalta. Otras se asombra. algunas se enfada (ojo, va a tener que desenfadarse). Pero, indudablemente, a medida que va avanzando en su meditación, se va poniendo mas contento.

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