sábado, 16 de febrero de 2008

El arte de barrer VII


Si ya estas con la escoba en ristre, tendida hacia atrás, deseosa de descender al nivel del polvo, déjala caer blandamente y posarse en el suelo. ¿ Sientes la suavidad con que se apoya ?
Un movimiento corto, otro movimiento corto, poco a poco. Hayas empezado donde hayas empezado, vas a tener que ir progresando, es decir, yendo hacia "delante". Pero también puedes transformar tu barrido en ir de delante hacia "atrás". Es igual...
¿Has mirado bién? ¿Ya no queda ninguna suciedad, ningún polvo molesto? ¿Nada, nada?. Vuelve a repasar, por favor. ¡Lo ves! todavía quedaba algo. Repite, repite, repite. Siempre queda algo, cada vez mas impalpable, cada vez mas sútil, pero queda. ¿Serás capaz de contentarte con lo que has conseguido? ¿O bien quieres ser el rey de los barrenderos? Espera, espera, que pronto soplará el viento, y entonces no quedará nada.
Quizás has decidido barrer primero por la izquierda, y avanzar hacia la derecha. O al revés. No importa. El hecho es que vas empujando lentamente, pacientemente, todo tu polvo, toda tu suciedad, delante de tí. Lo controlas todo, lo vas juntando, pensando ya en la recogida final. ¿Y mañana?

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