miércoles, 1 de septiembre de 2010

Cultivar el buen humor


Este principio, es como la instrucción del anterior "desdramatizar la vida".
Todos tenemos un caracter, un temperamento, algunos tenemos facilidad para siempre tener una sonrisa en los labios, otros al contrario tienen siempre una mascara gris como faz.
No podemos juzgar aquello que florece de manera mas o menos inconsciente, aceptar como es el otro, es comenzar a sentir los diferentes matices donde se proyecta la paleta de la vida.
Aunque mi cara parezca un cielo nublado, o una tormenta permanente, dice la tradición que debajo de estas nubes se encuentra un cielo despejado con un gran sol que maniesta su luminosidad y calidez. Este se encuentra en cada uno de los humanos, aunque haya personas en las cuales nos cueste creer que esto es así.
Cultivar es una palabra que tiene una connotación muy bonita, una es la de que para algo florezca, tengo que crear las condiciones para que la semilla florezca, esto genera una práctica que no tiene nada que ver con lo artificial, o lo dogmático, sino que nos conecta con lo órganico, con lo que ya está dentro de nosotros.
La condición o condicionante para que los rayos de luz comiencen a aflorar a la superficie, es la motivación de ofrecer esta luz al resto de la humanidad y al mundo. Esta semilla germinará con el tiempo, pero cada dia al levantarme tengo que hacer esta pequeña meditación, de visualizar este sol debajo de las nubes, que doy como ofrenda a la humanidad, y vereis como poco a poco, la transformación será posible.
No pongamos la excusa de que siempre he sido así o es mi caracter, ve quitando capas de pintura y mascaras creadas y heredadas, para que florezca como una maravillosa flor con una fragancia exquisita, aquello que siempre has sido.
Decia un importante maestro: "la espiritualidad sin humor no es espiritualidad" o "la seriedad congela la espiritualidad".
¡Viva el humor¡ y que la sonrisa sea mi tarjeta de visita.

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