sábado, 19 de abril de 2008

Las diez virtudes de un maestro de ikebana.


1- El arreglo floral une lo alto y lo bajo en la relación espiritual.

2- Lleva "Nada" en el corazón. Ella es "Todo".

3- Sentimientos diáfanos, tranquilos. Se pueden alcanzar las soluciones sin necesidad de pensar.

4- Carencia de toda inquietud.

5- Relaciones íntimas y sensibles con las plantas y con la esencia misma de la naturaleza.

6- Ama y estima a todos los hombres.

7- Colma el espacio de armonía y veneración.

8- El "verdadero espiritu" nutre la existencia; combina el arreglo floral con el sentimiento espiritual.

9- Armonía de cuerpo y alma.

10- No tener importancia personal, ser discreto y reservado; liberarte de toda maldad.

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