sábado, 31 de mayo de 2008

El salón del ocio.


Soy demasiado perezoso para leer los clásicos taoistas, porque Tao no reside en los libros.
Demasiado perezoso para recorrer los sutras, porque no ahondan mas en el Tao de lo que parecen.
La esencia del Tao consiste en un vacio, claro y fresco.
Pero, ¿qué es este vacio, salvo ser todo el día como un loco?
Demasiado perezoso soy para leer poesía porque, cuando ceso, la poesía se ha marchado.
Demasiado perezoso para tocar el ch'im porque la música muere en la cuerda donde nace.
Demasiado perezoso para beber vino porque allende del sueño del ebrio hay rios y lagos.
Demasiado perezoso para jugar al ajedrez porque ademas de peones se pierden y ganan otras cosas.
Demasiado perezoso para mirar colinas y arrollos porque hay una pintura en el portal de mi corazón.
Demasiado perezoso para afrontar el viento y la luna porque dentro de mi está la isla de los inmortales.
Demasiado perezoso para atender asuntos terrenos porque dentro de mi están mi choza y mis posesiones.
Demasiado perezoso para contemplar el cambio de las estaciones porque dentro de mi hay cortejos celestiales.
Han de secarse los pinos y podrirse las rocas; pero yo seré siempre lo que soy.
¿No es propio que llame a esto el salón del ocio?

Po Yüchien

1 comentario:

Alberto Panizo dijo...

Una especie de haiku:
Me dicen que pierdo el tiempo,
Sí...
¡Qué placer! Miro las nubes...
(c) Riudoms, 28 -2 –2008

saludo