jueves, 3 de enero de 2008

El arte de barrer II


¿ Realmente es importante esto del viento ?

Muy importante, si no lo crees, intenta ponerte a barrer un día de viento. Perderas si te pones a competir con él. Lo mejor es barrer cuando hay calma. Me refiero aquí a la calma completa: la exterior y la interior. Pero si no puedes conseguirla por cualquier causa, barre en favor del viento.

¿ No es tonto eso de barrer ?

Desde luego. pero todo lo que hacemos es tonto, si lo analizas un poco. El aprendiz de barrendero debe saber que lo único que hace es trasladar el polvo y la suciedad de un punto a otro. Quizás así comprende que no hay suciedad, que no hay impureza, aunque si hay polvo.

¿ Cuál es la diferencia ?

¡ Qué pregunta ! el polvo es limpio, naturalmente. Lo sucio es lo que consideras impuro, lo que te inspira repugnancia. El barrendero elimina la repugnancia.

¿ Qué quieres decir exactamente con eso de la repugnancia ?

Simplemente que si la sientes, es porque hay algo que no puedes soportar. Así que: o bien te echas para atrás, o bién barres.

Adelhelm Schmidt

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